David campeón.

Hoy fui a ver, con mis amigos Murray y Leiro, la final del ATP de Buenos Aires, la copa telmex. 

Y debo haber escuchado la frase: Vamos David, mas o menos unas 17.357.324 veces. No quiero escuchar más a nadie decir vamos David! 

El partido me dejó con las ganas de ver a David, al que hace 3 meses le ganó a Nadal y Federer. El gordo tenía media pila, le festejaba los buenas tantos al chucho. Decime si le va a festejar un tanto a Lleyton Hewitt en la final de Montecarlo? (si el australiano llegara a una utópica final en polvo)

En el estadio estaba presente mi ídolo máximo, yo cuando sea grande quiero ser como él: Guillermo Salatino. De qué trabajó toda su vida el gran Salata? De comentarista de tennis y alguna vez tuvo que ver con el golf! Recorrió el mundo, por un trabajo con 0 stress, los últimos 30 años. Un grande!

El Bueno Aires estaba muy cool, a pesar de la presencia del Diego (la cara es como un vinilo). Lo mejor de la tarde fueron las promotoras de Mercedez Benz. 

Ahora, en abril al Parque Roca a ver la Davis, como los panamá de adidas, porque nos dimos cuenta que necesitabamos un rival y un equipo para alentar. Dirás bueno, andá y disfrutá del buen tennis, hoy no estuvo presente. Los dos tenían golpes de mi tennis actual, por ejemplo la gran Guso: pegarle con el marco de la raqueta y casi sufrir un desgarro en el brazo. Entonces, si no hay buen tennis, necesitamos emoción. Porque yo quería que ganara David, pagué 80 pesos para verlo a él, nunca lo había visto en estando yo en la cancha! Pero, tampoco me molestaba si ganaba Acasuso, todo más que bien con el misionero! Entonces, por momentos el partido fue aburrido. De lo más aburrido que vi en el Buenos Aires.

Mientras miraba el partido me agarró el cuarentazo: Yo vi jugar, obvio, a Vilas y Clerc. Pero, también vi a Ilie Nastase, Jimmy Connors, John Mc Enroe, Ivan Lendl, entre los más destacados. 

Otra conclusión, ésta de Jim Murray: el codo que está debajo de las cabinas es el mejor lugar del estadio, porque éstas te tapan el sol. La queja, de este post, no empaña haber vivido una linda tarde en Palermo.