viernes, febrero 29, 2008

Todas putas

Hace muchos años debatimos, con unos amigos, qué es una puta? En aquel momento, mi opinión era: mujer que cobra por tener relaciones sexuales con quien le paga. Unos 20 años después de esa charla,  creo que el juzgar a una mina (que no cobra por tener relaciones sexuales) de puta, no es juzgar su conducta sexual. Muy lejos de eso!  Lo que hacemos es juzgar la capacidad de no vincularse desde los sentimientos o incapacidad de crear un vínculo afectivo con el otro. Eso hace una señorita que publica un aviso en el rubro 59. Más allá de lo rudimentario del pensamiento medio masculino: " como les gusta la chota" (por eso son mujeres heterosexuales, querido Pedro Picapiedra) el calificar como puta a una mujer trae un resentimiento sentimental. Y si nos paramos acá un segundo y hacemos una reconstrucción lingüítisca, el resentimiento dice algo así como: me hicieron mal y alguien pagará por ello. El dolor, trae la venganza y la masificación, son todas putas. De ahí, el insulto a alguien desalmado o malo: hijo de puta. Un hijo de puta, no recibió afecto, por ser criado por una mujer que no tiene capacidad de dar afecto, ni recibirlo. Por eso, un hijo de puta puede hacer el mal, sin percibir el dolor, sin sentir el amor. Esto trae también una resignación, volver a asignar una y otra vez una interpretación a diferentes hechos (todas putas) Pero, lo peor de la resignación no es eso, es que perdemos la capicidad de relacionarnos con el otro, en este caso con la otra. Claro, si son todas putas! Me vinculo sólo con la interpretación prejuiciosa y generalizada, generada por el resentimiento y la resignación. Entonces estamos relacionándonos con nosotros mismos. Por eso, escuchamos (los hombres) la queja femenina: son todos iguales. Bueno, el mismo esquema hasta acá aplicado a otra frase. Por lo tanto, tenemos dos conversaciones limitantes como contexto de relación (muy generalizada) y desde ahí construímos. Los resultados están a la vista. Relaciones supérfluas, sin compromiso, infieles, adictas a emociones negativas. Y eso es el paradigma que nos piensa, esa voz silenciosa que nos dice lo que está bien y está mal. La salida no es la más simple, necesita valor para hacer las cosas diferentes: crear un espacio común, un nuevo paradigma, un mundo dentro de éste, con las reglas que los dos interesados inventen. Sino, tendrás más de lo mismo. Y como decía Einstein: "loco es aquel que haciendo siempre lo mismo, espera tener un resultado diferente"


2 comentarios:

German dijo...

to long

eduardesky dijo...

vamos de putas?